Ante
la prueba, ante el dolor que
hace sangrar el corazón por
el regreso anticipado de un
hijo o una hija a la "Casa
del Padre" cada uno siente
la tentación de encerrarse
en si mismo, de desfallecer
en su esperanza, de sucumbir
como si todo estuviese
perdido.
El
pensamiento gira para
encontrar la manera de curar
la herida, de sanar el
corazón, se despiertan en
nosotros una serie
de sentimientos encontrados.
Quien
sabe estas meditaciones
ayuden a algún padre o madre a
lidiar en su duelo por el
dolor de la perdida. |